El dúo de Proenza Schouler fue más allá del mar y se adentro en las noches paradisíacas que se viven en la playa ; sobre todo en las mujeres que se pierden en restaurantes y lugares para bailar con hombros desnudos , porque enmarcan su sensualidad.
De sus orejas no es sorprendente que se balanceen aretes plastificados o metálicos que imitan el follaje de árboles frondosos.
Pero claro que cuando anochece no hay nada más abrigador que los amplios "trenches" estampados que se abrochan únicamente con los lazos de terciopelo y por debajo -con un breve giro de los acontecimientos- aparecen ataviadas con pantalones plisados por encima de los tobillos. Estas mujeres necesitan pocas cosas para divertirse , por eso las bolsas son compactas y de colores que hacen un choque con el material de sus prendas y no les estorban a la hora de desplazarse de un lugar a otro.
Sus zapatos "kitten" las hacen sentir que van descalzas (aros y tacones metálicos se integran a su calzado de manera distinguida) sujetados por elegantes tiras negras. Porque aun después de todo ellas seguirán bailando, aun cuando la luna vaya escondiéndose y por donde el sol las haya de sorprender siempre listas para la diversión.
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